La gente (nos) falla
La gente falla. La gente falla porque no hay acierto en esta vida que no sea la muerte. Fallamos al comer; fallamos al hablar, fallamos follando. Estamos quienes fallamos intentando nacer, como si de una declaración de capacidad contra la vida misma se tratase. La gente falla porque puede. La gente falla. Fallar es encontrarnos con aquello que creíamos evitar incluso más cerca de lo que alguna vez lo concebimos. Es como chocar contra el reflejo propio en el espejo de las mañanas al lavar tu cara. Es afrontarlo, porque no hay peor falla que ignorar lo que es fallido. Fallar es un grito de vida, y yo he fallado tanto que no queda en mi garganta aliento alguno; ni rostro suficiente para afrontar el reflejo en las mañanas de esta amargura. Me he quedado sin ánimos de fallar. Quise cosechar en fuego ajeno algo que jamás pude cosechar en el propio; regar la semilla inexistente con tanta determinación que floreció vacía y gris; acerté. Y fallé. Y no quise reconocerlo, y ahora lidio con l...